Cuando de la noche a la mañana, aterrizas en una ciudad como Londres, todo aquello que has imaginado anteriormente, cambia de manera radical.
Antes de llegar a esta ciudad, yo, como buen previsor, había preparado a fondo, (y cuando digo a fondo es porque lo es...), todo aquello que sería, a mi criterio, lo más importante.Recuerdo que sabía la ruta exacta de tren y metro. Tenía que pedir el billete single durante el mismo vuelo para el Stansted Express que íba desde el aeropueto hasta la estación de Liverpool Street y una vez allí, tomar Central Line hasta Holborn y cambiar allí a Picadilly Line hasta nuestro destino en Osterley en zona 4.

Todo salió perfecto y allí en Osterley Park, nos encontrábamos mi novia Jessica y yo sobre las 2 am y a una temperatura de 7º C. (menudo cambio de Valencia a Londres...)
Después del viaje, el chek-in y la inspección de la curiosa habitación de nuestro hotel, pasamos la primera noche de nuestro gran sueño!
Nuestro segundo día amaneció y pusimos en marcha nuestra planificación con un claro objetivo: Teníamos cinco noches de hotel y ese era el tiempo justo para encontrar nuestro alojamiento en Londres.
La verdad es que cuando una persona vive esto sola, la situación es más dura. En nuestro caso, la compañía y ayuda mútua fue fundamental para mantener a raya la presión y el estrés de tener que conseguir nuestro objetivo en cinco días teniendo un fin de semana de por medio.
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